Quisieras encerrarte pero todo es una trampa. También
un sistema, flor carnívora, brea de intensidades. La dicción
es el anzuelo de la trampa. El eco lo borraron ya en primero
de primaria: no sabes, sí sientes. Te mienten. Sentir siempre
cambia. Sentir acedo en la otra orilla, ácido y plomo, visiones
junto al Bravo. Caminos y métodos enjaulados. Calles rayadas.
Vapores con veneno, pensar es la perrera. Se venden eternos
retornos, ofertas verdaderas provenientes de Taiwán.
Copla con barrio
pitbull rima con dealer
pitbull rima con bóxer
pitbull rima con mandíbula
astilla
con
tiempo verbal indefinido
inhala o fracturado
un pensamiento se quiebra
por la sonda nasal
pitbull rima con aquello que ocurre
anteverbal
de la palabra pitbull
somos y no somos los mismos
pitbulls.
Una entrada sobre insectos tiene tags obligatorios: sueño,
artrópodo, fosa séptica. Un supermercado lingual: la cajera
tiene las uñas rotas. Para quien pueda preguntar: ella no es
zombie. Ella está contaminado: el odio hace presencia en
todo esto. El cadáver de Dios se entromete, es un bagboy en
el pasillo. Ella es un fermento junto al río. Falló la anestesia
local, la vena sin hinchar era conciencia de lenguaje.
Salir del mundo y contemplarlo,
como un montaje en el que ya no actuamos
no es tan fácil.
El rol de espectador tiene sus riesgos:
los subtítulos mercan fantasmas,
hay ratas en los pasillos, risas a destiem
del libro La mutación de Lo en Lo
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Daniel Bencomo (1980, San Luis Potosí). Sus libros de poesía más recientes son Lugar de Residencia (Fondo Editorial Tierra Adentro-Conaculta, 2010) al cual le fue concedido el Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino en 2010, Alces, Rejkyavik (Magenta Libros-Conaculta, 2014) y Espuma de Bulldog (Luzzeta Editores, 2016). Como traductor de poesía alemana ha publicado La calma entre el cero y el uno de Björn Kuhligk (Bonobos Editores, 2015) y Canon previo a la huida de Tom Schulz (Cuadrivio-Dirección de Literatura SLP).